sábado, 9 de abril de 2011

Historias de hospital: 1ª

Me encantaría que esto fueran "Historias de una celebración" o "Historias de un viaje" por ejemplo. Pero no siempre podemos elegir lo que nos toca vivir, asi que... inicio una serie de Historias de hospital. Eso sí... con una sonrisa. No tengo muchas ganas de sonreir, pero debo hacerlo. Es lo único que puedo hacer ahora mismo para sobrevivir a la vida.


7 de la mañana. Estoy despierta, porque ahora sigo el horario gotero, osea, a las 6 de la mañana los ojos como platos. La puerta abierta porque hace un calor insoportable. Y escucho la siguiente conversación:


- Disculpe, señorita: ¿a qué hora se sirven los desayunos?

- Se reparten a eso de las 8.

- Uf, qué tarde para mí... es que yo acostumbro a desayunar a las 7... pues nada, mire, por favor, tome nota... en esta habitación un continental.

- Uy, no, mire, disculpe... aqui no se sirven desayunos de ese tipo... puede tomar leche, café con leche, cola cao, infusiones, zumos, tostadas, bolleria, mantequilla, mermelada, yogur... o una combinación razonable de ellos, siempre que no tenga que seguir una dieta, claro. Cuando pasemos con el carrito si su médico no ha indicado un desayuno específico le preguntaré qué quiere.

- Uf, pues vaya desayunos flojos que sirven aquí...


Remito al título del post: Historias de hospital... no Historias de hotel.


2 comentarios:

  1. Ay Elena! qué cosas pasan allí...¿verdad?

    No dejes de escribir, tienes razón, será tu desahogo y la mejor terapia

    ¡Adelante! besitos y un abrazo apretao

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  2. para mí unos huevos fritos con bacon, a las 7:30 por favor... anda que...

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