domingo, 21 de noviembre de 2010

21 de noviembre: Dia mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de carretera


Lo oí ayer en la radio, y pensé: cuánta gente oirá la noticia, se sonreirá al oirla, en plan "si es que la gente no controla", y luego tendrá un accidente.


Por beber alcohol y coger el coche, por confiar en sus reflejos y no darse cuenta que a determinada velocidad es el coche el que te controla, no tú el que le controlas a él, por no ponerse el cinturón porque le molesta, por no gastarse en lo que cuesta un buen sistema de sujección infantil...


Y dejará a sus hijos sin padre/madre, a sus padres destrozados por su ausencia, a sus amigos con una angustia en el recuerdo...

O, si tiene la suerte de salvar la vida, se quedará para siempre en una silla de ruedas, o en una cama, como un vegetal, o pasarán años antes de que vuelva a ser sombra de lo que era...


He tenido la inmensa fortuna de no perder a un ser querido en un accidente de tráfico, y ruego no tener que pasar jamás por ese sufrimiento. Pero siempre recuerdo a dos víctimas: la primera, cuando yo tenía 11 años... una niña de un curso superior al mío... se mató toda la familia en un accidente durante las vacaciones. La vuelta al curso fue muy dura aquel año. La segunda víctima que recuerdo, un cliente de la oficina. Tuvo un accidente de tráfico en las navidades de hace cinco años, tres días después de que naciera mi hija. Me enteré porque me llamaron a casa desde la oficina para comentármelo. Y siempre pienso en los contrastes de la vida: mientras para mí esa fue la navidad más feliz de toda mi vida, para su viuda y sus hijos seguro fue la más triste.


Asi que, cuidado y prudencia. Por los que más quereis.

sábado, 20 de noviembre de 2010

viernes, 12 de noviembre de 2010

LIBRO: La llave de Sarah

He pensado, ya que me gusta tantísimo la lectura, y además creo que es importantísimo leer (para la salud mental, física, para hablar y escribir mejor...), ir dedicando un post a los libros que leo.




Asi que aqui va el primero, a ver qué tal sale... porque no quiero destripar el libro, claro está.




"La llave de Sarah".





No me lo ha regalado ni aconsejado nadie. Fue de esas compras por impulso, iba a comprar otros, que también compré, y ví este... creo que fue más el título que la portada lo que me llamó la atención. Porque la portada es triste, triste. Luego lees la contraportada... donde te cuentan un poco de qué va... y me dejó así como intrigada... pensé que igual no iba exactamente de lo que anunciaba la portada... y lo compré.




Lo tenía en "pendientes" desde antes del verano, y aunque tiene unas 400 páginas, le he dedicado nada más dos "ratitos" de estos de antes de dormir, ratitos que se han convertido en horas, y esta noche lo termino. Me ha enganchado, qué le vamos a hacer. Me encanta leer libros que me enganchan, que me roban horas de sueño, que me hagan pensar en ellos a lo largo del día, que me dejen pensativa, que me dén ganas de más, que me hagan buscar la bibliografía de la autora... Y este es uno de ellos.

Para mí ha sido inevitable acordarme de otro libro que leí, en ese caso, de una sentada: El niño del pijama de rayas. Pero así como aquel otro podía haberlo escrito un niño, y además podía perfectamente leerlo un niño de 11-12 años... Este no. Este creo que es mucho mejor. Porque no se queda sólo en el placer de la lectura. Además, te da muchisimo que pensar. Porque lo lees, y te da pena, y piensas en lo bonito que hubiera sido si... Jolines... de bonito nada... cuenta un hecho histórico que existió, que está ahí, para vergüenza de la historia de la humanidad, y al que... igual que se cuenta en el libro... muchas veces preferimos dar la espalda... ¿o es que nunca hemos apartado la vista de la tele cuando salen determinadas escenas, o hemos cambiado de canal al anunciar determinados programas? Pues eso. Sólo que te pones a leer un libro precioso, porque pese a todo, este me lo ha parecido y... quizá duela de otra manera y te da por pensar.


Os lo recomiendo.

sábado, 6 de noviembre de 2010

El placer por la lectura

Sé que este post va a parecer un copia-pega del que hace unos días publicó en su blog mi amiga Lamamma... pero es que el mismo día que lo leí... me pasó lo siguiente:

Estabamos en casa, después de cenar. Sara nunca jamás se ha dormido enseguida, jamás, asi que después de cenar siempre hay un ratito de juegos. LLevaba una temporada que le encantaba jugar a tiendas, y a mi ya me tenía un poquito desquiciada con el "ven a mi tienda a comprar". Pero el otro día no quiso jugar a tiendas, me dijo que tenía una idea mucho más divertida. Y me suelta:

"Mira, cojo dos libros, yo miro uno porque no sé leer y tu mientras te lees otro. Luego, los cambiamos".

Aclaro que desde que cumplió un año le voy regalando unos libros de la editorial Panini "Mini Diccionario por imágenes"... los hay desde los más básicos (Los colores) a algunos más complejos "Proteger el planeta". Estos, en la serie adecuada a su edad, porque aún hay otros "para más mayores". Jamás agradeceré bastante a la amiga que me los recomendó por ser de tapas y hojas muy gruesas. A punto de cumplir 5 años, y habiendo pasado miles de veces sus páginas, salvo uno que se ha despegado el lomo, el resto están casi como nuevos.


"Vale" Se lo dije supercontenta, pero pensé que no iba a durar mucho rato. El caso es... que no sólo miró ella su libro y leí yo el mio... es que luego los intercambiamos. Y luego aún fue a por una segunda tanda. Y así llevamos tres o cuatro días. Anoche, por ejemplo, como tocaba el de Salvar el planeta, y es "más dificil" me dijo que en vez de mirar sólo los dibujos, quería que se lo leyera yo.

Como ya está aprendiendo a leer, algunas sílabas ya las lee. Asi que cuando había alguna palabra que yo sabía que iba a poder leer, le decía: lee aqui, Sara... y ella tan contenta.

Me hace muchisima ilusión. Por un lado, por el tremendo placer de estar las dos en el sofa medio tiradas la una al lado de la otra, pasando un rato superagradable. Por otro lado, porque para mí leer siempre ha sido un placer tremendo. Lo he preferido a muchisimas otras cosas, y nunca me he arrepentido. Cuando un libro te engancha, te engancha: aún recuerdo un día que dejé de salir por ahi con mis amigas porque llevaba entre manos un libro y necesitaba terminarlo YA. Y cuántas horas le habré quitado al sueño por leer... Y no sólo libros... que en vida de mi padre discutía con él por quien leía antes el periódico.
Leer ayuda a mejorar y ampliar el vocabulario, la ortografía, la expresión...

Asi que espero que mi hija vaya descubriendo poco a poco el placer de la lectura.