lunes, 20 de agosto de 2012

Reflexión post-vacacional

                 Justo antes del comienzo de mis vacaciones estuve en un tris de colgar un post-queja-lamento-cabreo, en el que quería reflexionar sobre la defensa a ultranza que se suele hacer de las vacaciones propias, y el absoluto desprecio que se tiene sin embargo por las vacaciones ajenas. (Yo me voy de vacaciones, y durante las mismas te exijo a tí que estés al pie del cañón para atenderme porque yo estoy de vacaciones y me merezco que se me atienda, y ni me planteo si tú necesitarás descansar igual que yo).

               Ahora, a la vuelta de mis cortas vacaciones, estaba ante el teclado escribiendo un post total y absolutamente cabreado por ese mismo tema: que un cliente llame un lunes y le digan que estoy de vacaciones, que justo me he ido ese dia, y que estaré de vuelta al lunes siguiente y el cliente proteste, siendo que su trámite: es de los que pueden esperar, es de los que él tenía durmiendo en su cajón desde enero por lo menos, y se le atendió y tramitó no por mi misma, sino por mis compañeros, pero exactamente igual de rápido y de bien. Y que ese mismo cliente se presente de nuevo el viernes exigiendo que se me localice por una tontería todavía más grande... es cabreante.

              Pero bueno, salvo estos dos primeros párrafos-protesta-cabreo... no es ese el motivo de este post.

              Hoy me reincorporaba al trabajo... esperando cabreada que llegara este cliente impertinente del que os hablo... que no ha madrugado, por lo que veo... Pero a cambio, la primera llamada que he recibido ha sido la de un cliente para avisarme del fallecimiento, durante sus vacaciones, de uno de sus trabajadores. Me he quedado de piedra. Un chico joven, con esposa, dos niños... estaba de vacaciones, se reincorporaba hoy, como yo... y se muere de repente en su lugar de veraneo...

            Y eso... como que te remueve las tripas por dentro, y te hace pensar. Al comentario generalizado de que este año ninguno tenemos derecho a la estúpida depresión postvacacional porque es una suerte y un privilegio tener un trabajo al que regresar... No puedo evitar unir mi pensamiento a la enorme suerte que significa volver. Volver al trabajo, volver a casa, volver con la familia, que estemos todos de nuevo aquí, para hablar, charlar, contarnos nuestras cosas, estresarnos, cabrearnos, llorar, reir, darnos tirones de orejas...

            Este mozo que falleció durante sus vacaciones seguramente no tendría muchas ganas de volver al curro... todos estamos mejor de vacaciones... igual que los que pierden la vida en las carreteras... Y todos tenemos ese pensamiento... pero ninguno pensamos que nos pueda pasar no volver de verdad...

            Puf... no sé... ha sido una dura vuelta de mis vacaciones, y eso que este chico para mí sólo fue un alta en la SS, un contrato de trabajo, nóminas mensuales... no lo conocí, no le pongo cara, ni voz... pero saber que nunca más le haré la nómina... me pone triste.

domingo, 12 de agosto de 2012

Descubriendo Zaragoza

A comienzos del verano me propuse conocer cosas nuevas de Zaragoza, o aprovechar esas actividades, esos rincones, esos acontecimientos, que normalmente pasan sin pena ni gloria, mientras te lamentas por el verano "tan aburrido". (Bueno, yo por el curro nunca puedo lamentarme de verano aburrido, es más un pensamiento por mi hija... aunque ella con el parque, la piscina, y sus amigas es feliz requetefeliz).

A principios del verano inauguraron el Museo del Fuego y los Bomberos.  Mi hija volvió como loca. Habia hecho cientos (y no es exageración) de fotos, para que yo pudiera verlo igual que ella. Siento no poder publicar las fotos para que las veais... tengo a mi marido y a mi hija buscando el descargador de tarjetas... que no aparece... ayssss...
Pero bueno, tanto para la gente de Zaragoza, com opara la gente que viene por aquí, es una agradable visita para hacer con niños.
Además, los guías son de primera división: bomberos retirados. Asi que supongo tendrán muchas aventuras y miles de anécdotas que contar.

El caso es que el verano iba pasando casi casi sin pena ni gloria... parque, piscina, ola de calor... puffff.... hasta que la semana pasada casi de casualidad descubrimos un parque que no conocíamos, y hoy que hacía un airecito muy rico, después de la ola de calor de estos días, hemos repetido: El parque lineal de Zaragoza.  Para los que no sepais dónde está, está junto al polígono PLAZA, junto al aeropuerto. La verdad es que está muy bien señalizado, una vez estás dentro del polígono.

La verdad es que no termino de entender qué hace un parque tannnnn bonito y tan bien cuidado a tanta distancia de Zaragoza. Yo vivo en un parque en pleno centro y de verdad que no está ni la mitad de bien cuidado que éste.  Encima, acabo de enterarme que es el segundo parque de Zaragoza en cuanto a extensión de zona verde con 678.000 metros cuadrados.

Como su propio nombre indica, es un parque lineal, se extiende a lo largo del margen del canal Imperial. Hay carril bici superamplio, y también zona peatonal. Asi que puede ir paseando (de extremo a extremo es una hora de paseo), o en bici, patines, o como quieras. En el centro hay un lago con patos, y hemos visto un pez rojo inmenso.  A lo largo del mismo hay una atalaya, tres laberintos, y la plaza de las 5 culturas. Y unas extensiones de césped tremendas, superbiencuidadas. La verdad es que me ha dado un poco de cosa... tanto derroche de agua para regar un césped que en ese momento apenas 20-30 personas estábamos disfrutando. Y eso que era domingo por la mañana...

Lo que nos ha quedado pendiente, para más adelante, es un dia de pic-nic. Mi hija ya lo ha planeado... incluso con su cesta y su mantel de cuadros... jajajajaja

Quedo pendiente de poneros fotos. No aparece el descargador de tarjetas, y aunque he visto bastantes fotos en internet, todas son o de profesionales o de gente que las ha publicado en sus propios blogs... y como no quiero lios de "esa foto es mía"... pues en cuanto pueda os cuelgo las mías.





miércoles, 1 de agosto de 2012

Desilusiones

Hoy no estoy triste, ni siquiera enfadada... hay cosas que no merecen lo uno ni lo otro, pero sí... desilusionada.

Llevo unos meses que de vez en cuando sufro una desilusión...

Y no hablo de una desilusión material, tipo "me hacía ilusión tal cosa y me he quedado sin ella", o "me hacía ilusión tal plan y se ha ido al garete"... ese tipo de desilusiones no suelen tener mayor trascendencia aunque de primeras te fastidien...

No... yo hablo de desilusiones de estas que te hieren el alma...

Cuando murió mi madre, sufrí una gran desilusión con mi familia. Las personas más cercanas a mí, las "de verdad" lo sabeis... La terrible bofetada que sentí, que sentimos, mi hermano y yo, y a la que todavía no encuentro explicación. Me duele, sobre todo, no por mí, sino por el recuerdo de mis padres. En fin... tampoco me quiero extender mucho... pero aún hoy, se me hace un nudo en la garganta y se me llenan los ojos de lágrimas al escribir esto.  Ha sido, hasta ahora, yo creo, la peor desilusión que he sufrido nunca en la vida. Y rezo al cielo que sea de verdad la peor que sufra en la vida. 

Estos dias atrás he sufrido otra desilusión.  Una desilusión a años luz de la anterior. No ha venido de mi ámbito familiar, ni de amistades... pero me ha dolido, y mucho. Es fácil perder un cliente. Conseguirlo, sin embargo, es muy complicado. Durante años, yo he estado enviando clientes a un compañero de profesión, pero especialista en un área distinta a la mía, cuando algún cliente mío ha precisado de sus servicios. Yo los remitía a este compañero con la certeza de que él los antendería bien, que es lo que yo quiero para mis clientes. Nunca le pedí nada a cambio, ni tampoco lo esperé. Y lo digo de verdad. Es cierto que la dirección de los clientes ha sido siempre la misma: de mí para tí... él nunca me envió a nadie, pero bueno, entendí que quizá podía tener otros compromisos, y para mí lo importante era que mis clientes estuvieran bien atendidos. Estos días he sido yo personalmente la que he precisado su ayuda. Y le llamé en confianza, le conté lo que me pasaba, un problema que me quitaba el sueño...  Y me he sentido "la última de la fila"... que me ha dejado para el final... que mi tema ni siquiera lo ha atendido él personalmente, sino que me ha derivado a su ayudante, sin decírmelo siquiera... Y me ha tenido una semana detrás de él, corrigiendo sus errores, y eso que yo no soy especialista en su área... Y cuando ha querido... ha atendido lo mío. Para mí, ha sido una tremenda desilusión. No esperaba una alfombra roja... ni un café con hielo...jajaja... pero si al menos que me diera el mismo trato que a cualquier desconocido que entrara en su despacho. Creo, que demasiado tarde, se ha dado cuenta. Y lo ha intentado arreglar. Pero el mal ya está hecho.

No estoy triste, ni enfadada. Y una cosa tengo clara:

NO PIENSO APRENDER LA LECCION.

Prefiero seguir desilusionándome con las personas que cambiar y ser una persona borde, o desconfiada. Prefiero ser la tonta de la película.