Justo antes del comienzo de mis vacaciones estuve en un tris de colgar un post-queja-lamento-cabreo, en el que quería reflexionar sobre la defensa a ultranza que se suele hacer de las vacaciones propias, y el absoluto desprecio que se tiene sin embargo por las vacaciones ajenas. (Yo me voy de vacaciones, y durante las mismas te exijo a tí que estés al pie del cañón para atenderme porque yo estoy de vacaciones y me merezco que se me atienda, y ni me planteo si tú necesitarás descansar igual que yo).
Ahora, a la vuelta de mis cortas vacaciones, estaba ante el teclado escribiendo un post total y absolutamente cabreado por ese mismo tema: que un cliente llame un lunes y le digan que estoy de vacaciones, que justo me he ido ese dia, y que estaré de vuelta al lunes siguiente y el cliente proteste, siendo que su trámite: es de los que pueden esperar, es de los que él tenía durmiendo en su cajón desde enero por lo menos, y se le atendió y tramitó no por mi misma, sino por mis compañeros, pero exactamente igual de rápido y de bien. Y que ese mismo cliente se presente de nuevo el viernes exigiendo que se me localice por una tontería todavía más grande... es cabreante.
Pero bueno, salvo estos dos primeros párrafos-protesta-cabreo... no es ese el motivo de este post.
Hoy me reincorporaba al trabajo... esperando cabreada que llegara este cliente impertinente del que os hablo... que no ha madrugado, por lo que veo... Pero a cambio, la primera llamada que he recibido ha sido la de un cliente para avisarme del fallecimiento, durante sus vacaciones, de uno de sus trabajadores. Me he quedado de piedra. Un chico joven, con esposa, dos niños... estaba de vacaciones, se reincorporaba hoy, como yo... y se muere de repente en su lugar de veraneo...
Y eso... como que te remueve las tripas por dentro, y te hace pensar. Al comentario generalizado de que este año ninguno tenemos derecho a la estúpida depresión postvacacional porque es una suerte y un privilegio tener un trabajo al que regresar... No puedo evitar unir mi pensamiento a la enorme suerte que significa volver. Volver al trabajo, volver a casa, volver con la familia, que estemos todos de nuevo aquí, para hablar, charlar, contarnos nuestras cosas, estresarnos, cabrearnos, llorar, reir, darnos tirones de orejas...
Este mozo que falleció durante sus vacaciones seguramente no tendría muchas ganas de volver al curro... todos estamos mejor de vacaciones... igual que los que pierden la vida en las carreteras... Y todos tenemos ese pensamiento... pero ninguno pensamos que nos pueda pasar no volver de verdad...
Puf... no sé... ha sido una dura vuelta de mis vacaciones, y eso que este chico para mí sólo fue un alta en la SS, un contrato de trabajo, nóminas mensuales... no lo conocí, no le pongo cara, ni voz... pero saber que nunca más le haré la nómina... me pone triste.