miércoles, 1 de agosto de 2012

Desilusiones

Hoy no estoy triste, ni siquiera enfadada... hay cosas que no merecen lo uno ni lo otro, pero sí... desilusionada.

Llevo unos meses que de vez en cuando sufro una desilusión...

Y no hablo de una desilusión material, tipo "me hacía ilusión tal cosa y me he quedado sin ella", o "me hacía ilusión tal plan y se ha ido al garete"... ese tipo de desilusiones no suelen tener mayor trascendencia aunque de primeras te fastidien...

No... yo hablo de desilusiones de estas que te hieren el alma...

Cuando murió mi madre, sufrí una gran desilusión con mi familia. Las personas más cercanas a mí, las "de verdad" lo sabeis... La terrible bofetada que sentí, que sentimos, mi hermano y yo, y a la que todavía no encuentro explicación. Me duele, sobre todo, no por mí, sino por el recuerdo de mis padres. En fin... tampoco me quiero extender mucho... pero aún hoy, se me hace un nudo en la garganta y se me llenan los ojos de lágrimas al escribir esto.  Ha sido, hasta ahora, yo creo, la peor desilusión que he sufrido nunca en la vida. Y rezo al cielo que sea de verdad la peor que sufra en la vida. 

Estos dias atrás he sufrido otra desilusión.  Una desilusión a años luz de la anterior. No ha venido de mi ámbito familiar, ni de amistades... pero me ha dolido, y mucho. Es fácil perder un cliente. Conseguirlo, sin embargo, es muy complicado. Durante años, yo he estado enviando clientes a un compañero de profesión, pero especialista en un área distinta a la mía, cuando algún cliente mío ha precisado de sus servicios. Yo los remitía a este compañero con la certeza de que él los antendería bien, que es lo que yo quiero para mis clientes. Nunca le pedí nada a cambio, ni tampoco lo esperé. Y lo digo de verdad. Es cierto que la dirección de los clientes ha sido siempre la misma: de mí para tí... él nunca me envió a nadie, pero bueno, entendí que quizá podía tener otros compromisos, y para mí lo importante era que mis clientes estuvieran bien atendidos. Estos días he sido yo personalmente la que he precisado su ayuda. Y le llamé en confianza, le conté lo que me pasaba, un problema que me quitaba el sueño...  Y me he sentido "la última de la fila"... que me ha dejado para el final... que mi tema ni siquiera lo ha atendido él personalmente, sino que me ha derivado a su ayudante, sin decírmelo siquiera... Y me ha tenido una semana detrás de él, corrigiendo sus errores, y eso que yo no soy especialista en su área... Y cuando ha querido... ha atendido lo mío. Para mí, ha sido una tremenda desilusión. No esperaba una alfombra roja... ni un café con hielo...jajaja... pero si al menos que me diera el mismo trato que a cualquier desconocido que entrara en su despacho. Creo, que demasiado tarde, se ha dado cuenta. Y lo ha intentado arreglar. Pero el mal ya está hecho.

No estoy triste, ni enfadada. Y una cosa tengo clara:

NO PIENSO APRENDER LA LECCION.

Prefiero seguir desilusionándome con las personas que cambiar y ser una persona borde, o desconfiada. Prefiero ser la tonta de la película.

5 comentarios:

  1. jajajajjaaja ¿te puedes creer que me has hecho reir con tu salida del final?

    Eres buena hasta decir basta, hija. No como éste, que es un GILIPOLLAS

    Ala, tú perdona si quieres, que ya me pongo a insultar yo!!!!

    Besos preciosa!

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  2. pues yo estoy con Tita!
    peasohijoputa, nena!

    Espero que no le necesites para nada. Y lo que no has dicho es si seguirás enviándole gente. ¿Tan buena eres?.
    Yo es que soy malamalísima.

    Lo siento mucho por esas desilusiones.
    BS

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  3. Siento mucho que te lleves esas desilusiones, pero sabes que te va a seguir pasando, ¿verdad? Yo no me considero borde ni desconfiada (bueno último un poco), pero a veces hay gente que no se merece tu amabilidad.

    Un beso y mucho ánimo.

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    1. Me ha gustado como terminas..

      Y como se suele decir más vale que te engañen una, dos, tres e incluso 1000 veces (aunque tampoco hay que dejarse).. antes que desconfiar toda una vida.

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  4. Ayyy Elena, últimamente te estás llevando muchas desilusiones!! A veces pensamos que el resto de personas con quien nos relacionamos tendrán los mismos criterios que nosotros, la misma sinceridad, la misma ética... pero con frecuencia no es así. Y ¿qué hacer ante eso? Nada, no podemos esperar que el resto actue como nosotros, pero tampoco desconfiar de todos. Hay personas buenas y maravillosas, todavía existen. Hay que intentar relacionarse con ellas y dejar a los indeseables al margen de nuestra vida. Por desgracia, la vida es corta y pasa volando, así que ¿para qué perder el tiempo con gente que no merece nuestro aprecio???
    Aunque cierto es que siempre tendemos a esperar lo mejor del prójimo. Y no podemos perder la esperanza y la desilusión, porque si lo hacemos estamos cerrando la puerta a personas con la que vale la pena relacionarse.
    Ufff, vaya rollazo que te he soltado.
    Un besazo bien fuerte!!!

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