sábado, 23 de junio de 2012

No tener miedo a decir lo que sentimos

Atravieso últimamente una fase "hippy filosófica" como yo misma me autodefino... no es que vaya repartiendo flores ni predicando nada por el mundo... pero de repente me vienen pensamientos a la cabeza y los suelto tal cual. Pensamientos positivos, o que intentan hacer pensar al que se los suelto.

El otro día un compañero de profesión me comentaba aquello de "no me gusta cumplir años". Típico comentario cuando los números empiezan a ser elevados... y yo le metí un rollo hippy filosofico de alegría de poder cumplirlos, de la alegría de respirar cada día, de la alegría de tener unos hijos que te estiren de las orejas... de estar ahí, simplemente, un año más. Y tener salud y amor. Aunque de dinero no andemos sobrados, y los problemas se multipliquen. Se me quedó mirando con cara de "esta tía se ha fumado algo que le ha sentado mal" porque además no tengo una especial confianza con él, y el comentario me salió sólo, de tirón y sin pensar.

Hoy... he recibido una visita muy especial.
He estado buscando en el blog el enlace, y me acabo de dar cuenta que esto no lo debí de contar aquí, sino en el blog de Lamama, así que como no tengo tiempo, lo cuento resumidamente:
Hace uno años, unos 8 o así... cuando yo no tenía a mi hija, y la verdad, no andaba yo muy animada todavía a tener niños... "algún día los tendré"... "buf, es que el trabajo..."... vino una clienta a la gestoría. Una señora mayor, que hablando hablando, me dijo algo así como "tú sabes lo triste que tiene que ser hacerse mayor y que nadie llame a tu puerta...". Me hizo pensar. No es que fuera un discurso lo que me dijo... fue un comentario suelto en una conversación... pero a mí me removió algo por dentro... y me puso en marcha lo que la gente llama "reloj biológico". Es cierto que yo siempre pensé en tener niños... cierto... Y es cierto que otra frase que me dijo mi amiga Alicia "si no te imaginas el futuro sin hijos tu misma te estás respondiendo"... también me hizo pensar. Pero si tengo que dar un punto, un "click" que me hizo reaccionar... fue aquella frase. De una clienta, a la que conozco hace tiempo... pero que no era nadie especialmente especial para mí.

Hoy... ha venido de nuevo a la gestoría. Por las mismas fechas: campaña de renta. Está ya muy mayor... Y bueno... me ha preguntado que tal estaba, qué tal mi hija... y he decidido que si yo sé que ella fue mi "click"... ¿porqué no contárselo y darle las gracias? Igual no es lo más normal, que vayas a hacer la declaración, y tu asesora entre impuesto e impuesto te suelte un: "usted hace mucho tiempo me dijo esto... y me hizo pensar... y por eso me decidí a tener a mi hija...". Pues yo hoy, en mi linea hippy filosófica se lo he dicho... Y sé que le ha hecho ilusión oirlo decir. Me ha dicho que esa frase "que nadie llame a tu puerta" es muy suya... que ella la dice muchas veces... que no recuerda nuestra conversación, pero que se alegra infinito de haberme hecho pensar.

Creo que tenemos demasiado miedo a decir lo que sentimos. Sobre todo, cuando es bueno... Parece que nos hiciera sentir débiles. Y yo hoy sin embargo, me siento feliz.

6 comentarios:

  1. Me parece muy bonito que se lo hayas dicho a tu clienta. Y lo de tu compañero...pues mira, desde que mi padre nos dejó tan pronto, no soporto oir a la gente quejarse de cumplir años, a lo que siempre respondo ¡mejor que no cumplir, no te fastidia!

    Un abrazo apretao preciosa ¡besos!

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  2. Cuánta razón, Tita... Mi madre... con todos los dolores que llegó a tener (no me refiero cuando la masacre médica, me refiero antes, cuando supuestamente estaba "bien") ... con las horas de soledad... con tantas cosas que no podía hacer y lo que sufría por ello... Siempre decía: no tengo derecho a quejarme... porque YO estoy AQUI y otros no pueden decir lo mismo. Y mientras YO esté AQUI y pueda vivir lo que vivo... por muy jodida que esté (y mira que mi madre jamás decía palabrotas, pero cuando decía esto, pues sí que decía una)... no tengo derecho a quejarme. Ella lo decía pensando en mi padre, en su hermano (mi tío) y en su propio padre (mi abuelo, al que no conocí), que se fueron tan tan pronto... en su madre... que murió a una edad "normal", pero su mente nos había abandonado hacía muchos años...


    Sé que si me pudiera hablar... cuando me lamento por lo que le pasó... me diría: Elena... tuve la suerte de veros casar a tu hermano y a tí... de ver nacer a mis nietos... de veros crecer como personas... No tendría derecho a quejarme, porque yo lo viví, y otros no.

    Por eso no soporto oir quejarse por cumplir años... aunque por otro lado, me resulta inevitable, como me ha pasado también últimamente... ponerme melancólica cuando veo lo rápidos que pasan... sobre todo cuando veo a mi hija.

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  3. Tenéis toda la razón y mira que hay gente que lleva mal lo de cumplir años, una vez una amiga se quejaba porque había cumplido ya los 30 y yo que era algo más joven le dije, pues a mi ya me gustaría haber pasado de los 60 porque sería señal de que he llegado hasta ahí,me miró como si estuviera loca, loquísima...de ésa conversación han pasado 22 años y sigue amargándose cada cumpleaños....allá ella!

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  4. Elena, ¡qué bonito que te hayas decidido a decírselo! Seguro que te ah hecho bien a ti y también a ella.
    Cuánts cosas se quedan por decir y cuánto bien podrían hacer de ser dichas!
    Un beso,
    Elena

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  5. ¿por qué nos costará a veces tanto expresar lo que sentimos? Puedo entender que no seamos sinceros cuando podemos ofender al otro, pero ¿cuándo son cosas tan bonitas como la que has compartido con nosotros? ¿por qué?
    Seguro que a la sra le has alegrado el día y hasta la semana. Y mira qué sencillo!!

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  6. hola Elena

    hace unos meses que sigo te sigo y me encanta como escribes por que eres asi, sencilla y muy cercana. También lo siento de ese modo por que yo tambien soy madre. Hoy me he decidido a escribirte para darte las gracias por compartirlo con todas nosotras. Un beso.

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