jueves, 21 de julio de 2011

Pero qué carroñeros somos....

Cuánto nos gusta criticar los programas del corazón... esos que no vemos nadie, pero son líderes de audiencia... Cuánto nos gusta poner a caldo a las revistas del corazón... que siempre traen lo mismo, y sólo sirven para que unos cuantos vivan del cuento... esas que no compra nadie, pero tienen unas tiradas monstruosas...


Y todos somos muy blancos, por poner un color... y a ninguno nos gusta conocer los trapos sucios del famoso de turno, y nos parece fatal que se publiquen fotos de famosos enfermos, o que se publiquen los pormenores de los malos tratos sufridos por la mujer de fulanito...


Pero bajamos a la "vida real"... al día a día... a la vida del vecino, del amigo o del familiar... y somos igual de carroñeros que esos paparazzis que hacen guardia ante la casa de actor de moda...


Mi madre murió hace dos meses. Los detalles me los he guardado para mí y las personas que me han acompañado día a día en el sufrimiento que nos supuso todo lo ocurrido. Sin embargo... ahora me encuentro, y es un ejemplo de tantas situaciones que se me están dando, que mis tíos, esos que no me han llamado a preguntar qué tal vamos, o que qué tal lo lleva mi hija... se encuentran con un amigo de juventud de mis padres y le cuentan pelos y señales del proceso... sin respetar la intimidad de mi madre, que le dolía una pierna y no lo decía porque siempre fue muy reservada para contar sus males... y sin respetar nuestro dolor... porque a continuación llama el amigo (del que no sabiamos nada desde el dia que murió mi padre, hace 15 años), te da el pésame en dos segundos y luego dedica media hora a intentar escarbar, intentar saber, hurga en la herida, y por fin te pregunta que si lo has puesto en manos de "tus abogados"... como los famosos... ahora todo el mundo presume de "sus abogados". Y yo tengo que intentar evitar dar respuestas que no quiero dar... sin parecer maleducada... porque se supone que ha llamado a dar el pésame porque queria mucho a mis padres... y tengo que soportar que se me interrogue por lo que hice o deje de hacer entonces... y tengo que dar explicaciones de porqué no lo he puesto en manos de nadie... y tengo que adivinar qué es lo que haré dentro de unos meses... y me obliga a pensar en cosas que no quiero recordar, porque quiero que pase el tiempo antes de pensar... Y me trago las lágrimas porque no me da la gana de llorar con quien en realidad no comparte mi dolor...


Y esto es un ejemplo... porque al final... son los menos los que te dan un abrazo o un beso sin preguntar... o los que te llaman sólo porque quieren decirte cuánto quisieron a tus padres... o los que cambian de tema (gracias Mari Luz) porque ven que incluso dos meses después la herida sigue doliendo igual...


Ante llamadas como la que cuento... vuelvo a pensar... como tantas veces...


Pero qué carroñeros somos...


6 comentarios:

  1. De nada guapa, mientras te iba preguntando por Sara comprendía que estaba metiendo la pata, así que en esos momentos es mejor cambiar de tema..
    Por cierto me sentó genial el cafecico que tomamos juntas!

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  2. Mari Luz, no metiste la pata... tú preguntabas con cariño de verdad, y eso no puede ofender jamás... y te agradecí tanto la pregunta como el cambio de tema...

    Y el café y la charleta me supieron a gloria...

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  3. Ojala no fueramos así..., pero lo somos. Así que mucho ánimo y a lo que importa, que con suerte cada vez te preguntarán menos.

    besos

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  4. yo a veces peco de lo contrario, por no remover donde no sé si todavía hay herida no pregunto, y no es por falta de interés sino todo lo contrario, pero no todo el mundo lo ve igual...

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  5. Ay Elena, cuanto se mete la pata a veces con buena intención, y otras también con falta de tacto, para que nos vamos a engañar...hija como me ha recordado lo que has contado a algo parecido...

    Muchos besitos y abrazos apretaos...

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