miércoles, 11 de mayo de 2011

GRACIAS

Hay que pasar página... aunque nunca olvidar, por supuesto. Nunca se supera la pérdida de un ser querido, lo sé por experiencia... pero se aprende a vivir con la ausencia y a recordar con cariño y una sonrisa. Aunque hay veces que cuesta, que costará más.


Asi que los próximos post es mi deseo dedicarlos a cosas menos tristes (ese es mi deseo, veremos lo que nos depara la vida...).


Pero antes... quiero dar las GRACIAS, así, con mayúsculas, a todas las amigas, cercanas y lejanas, "tangibles" unas y un poco más "virtuales" otras, que habeis estado ahi todo este tiempo... escuchando "el parte del día" aunque a veces ha sido duro y otras cargante... todos los dias con la misma canción, durante dos meses... No sabeis hasta que punto vuestras palabras me han ayudado a llevar esto sin caer en la desesperación. GRACIAS a las que me estais ayudando ahora, escuchando nuevamente otras historias... escribir me ayuda mucho, pero leerme entiendo que no siempre debe de ser agradable. GRACIAS a quienes me estais ayudando con el tema de Sara. Gracias a tí, TITA... qué cosas... hace poco más de un año que te sigo... quién me iba a decir que me ibas a ayudar tanto con mi hija... nuevamente... como llevo diciendo ya muchos años... Internet tiene una vertiente humana que es increíble.


Y por último... no sé si por casualidad algún día alguien lo leerá... y se lo contará... o casualmente algún día alguno de ellos lo lea... y se lo cuente a sus compañeros... GRACIAS GRACIAS Y GRACIAS a los enfermeros/as, auxiliares y celadores de la Clinica Quirón de Zaragoza. No es que seais buenos profesionales, que lo sois, no tengo duda. Sois excelentes y maravillosas personas. La forma en que tratasteis a mi madre durante los dos largos meses que pasamos allí, deja a las claras vuestra categoría humana. Cambiar un gotero es fácil... pero hacer sonreir a una persona cuando le estás haciendo una cura que le duele en el cuerpo y en el alma... dedicar unos minutos para escuchar a la enferma que empieza a perder la esperanza... contarle un cotilleo para que se ría... o ir a la UCI a preguntar por ella cuando ella ya no se da cuenta... Eso es algo que llevo en el corazón. Asi que GRACIAS. Es mi deseo escribiros unas lineas, cuando consiga dejar de llorar sólo de pensarlo.


Y nada... la vida sigue... en unos días... algo más alegre. Mi madre lo querría así.




5 comentarios:

  1. Sé perfectamente que escribir ayuda mucho, a mí me lo vas a contar, pero si te sirve de consuelo, te diré que al menos a mí no me ha supuesto ningún esfuerzo leerte todos los días ni me ha resultado pesado ni nada de eso. Es más, todos los días nada más levantarme miraba el email buscando noticias tuyas, y puedes creerme si te digo que Ricardo me preguntaba todos los días, varias veces si había mensaje nuevo.

    Me parece muy bien que intentes distraerte con cosas más alegres. Creo que no hay que tratar de eludir los momentos tristes, que también hay que pasarlos, pero tampoco engancharse en ellos.

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  2. Al igual que a Lamamma yo también he estado durante estos dos meses pendiente del mail y de tus correos. Y cuando no disponía de mail, con el móvil cercano para oir tu sms de esperanza o como fue el caso...y no ha sido nada cargante, al contrario, siempre he intentado de corazón echarte una mano.

    Como bien dices no sirve de nada aferrarse a malos recuerdos y sí pasar página. Lo conseguirás SEGURO!
    Muchos ánimos guapa! y muchos besicos a Sara (Pyrene preguntó por ella el día del Lupus al ver a Sofía)

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  3. Hola
    Hace unas semanas dejaste un comentario en mi blog. Llegaste hasta allí por eso caprichos del Google. He tardado demasiado en responderte, lo he hecho en la entrada que comentaste pero como quiero asegurarme de que te llegan mis palabras vengo hasta tu rinconcinto para pegarlas aqui abajo:

    Hola Elena
    Quiero empezar con una disculpa por todo el tiempo que ha pasado hasta que te he contestado. Tu comentario me dejo sin palabras, es literal, me dejó sin palabras que el acto de la comunicación me fuera revelado con las tuyas. Uno se sienta a escribir y nuca sabe muy bien que es lo que ocurre hasta que llegas tú y me das las gracias y, vaya paradoja, de un acto tan triste como la muerte, surge la felicidad de la conexión emocional.
    Gracias por tu sinceridad.

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